El rastro de gases de efecto invernadero (GEI) que dejan las actividades humanas se conoce como huella de carbono. Es importante tomar medidas y poner en marcha las iniciativas necesarias para reducirla al máximo estos gases tóxicos para el planeta.
Hasta ahora, la huella de carbono no ha parado de crecer —se ha multiplicado por 11 desde 1961— y ya supone el 60 % del impacto total del hombre en el medio ambiente.
Las entidades también realizan actividades que producen gases de efecto invernadero como, por ejemplo, durante la fabricación, el transporte o el consumo energético. De ahí que uno de los objetivos de desarrollo sostenible, en concreto el número 13, ponga el foco en la adopción de medidas urgentes contra el cambio climático por parte de países en desarrollo para que avancen a una economía baja en carbono.
Todas las empresas tienen un reto, y Naciones Unidas lo menciona en el objetivo 12, Producción y consumo responsable.
Es con nuestro interés por cuidar el medioambiente cuando hemos calculado nuestra huella de carbono con el fin de analizar cómo disminuirla. Hemos adaptado nuestros métodos de trabajo para ser capaces de reducir estos niveles y comprometernos de forma seria y duradera en el tiempo con el medioambiente.
Finalmente, conseguimos el Certificado de Huella de Carbono y de compromiso de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en las actividades de fabricación, distribución y comercialización de sistemas de descanso, así como para las actividades de venta, distribución y atención al cliente particular de nuestros productos en tiendas físicas y online.
El Sello es otorgado por la Oficina Española de Cambio Climático del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.